Como no sabía sobre qué hacer la entrada de este domingo (no sabía si hablaros de libros de teoría o traeros más escritoras) hice una pequeñita encuesta en Twitter y ganaron las escritoras.
En la entrada anterior ya os hablé de la iniciativa #LeoAutoras, etc., así que tampoco me voy a enrollar mucho (
puedo ser muy pesada si me lo propongo).
Hoy os traigo a cuatro autoras; a tres de ellas las conozco bastante pero quiero compartir uno de mis últimos descubrimientos: Alicia Kopf.
Hermano de hielo. Una historia sobre el hielo, sobre las expediciones a los polos. Pero también es la historia de una familia, del hermano de la protagonista, que está congelado, de las relaciones. Un libro que habla de reencontrarse, de huir, de conocerse a una misma, de aprender.
A veces escucho a gente diciendo que la literatura española actual no vale mucho (también es que no salen de señores horribles como Reverte o Javier Marías). Alicia Kopf ha conseguido callarles la boca y lo ha hecho construyendo una historia que te envuelve y que, a pesar del frío, resulta ser un abrazo muy cálido.
Una de mis mayores obsesiones en el mundo es Cristina Peri Rossi (no es broma, he soñado mil veces que me iba a buscarla y pedirle que me dejara vivir con ella). No sabría bien cómo explicaros por qué hay que leerla. De ella he leído novela, relatos, poesía y este librito que veis aquí sobre su relación con Cortázar. Estado de exilio es uno de sus poemarios y uno de mis favoritos. De ella solo puedo decir que escribe que da gusto, que crea unas historias que se te clavan en el cerebro, que sus relatos te sorprenden y te cautivan. Os dejo unos poemas que adoro (el primero de Estado de exilio, el segundo de Babel Bárbara):
XXVI
No tuve tiempo de traerme nada,
¿sabe?
Salí muy deprisa,
no tuve tiempo de mirar las cosas
para ver qué me traía,
pero ahora que usted me lo pregunta,
si hubiera podido,
me habría traído al perro.
Amar es traducir
-traicionar-.
Nostálgicos para siempre
del paraíso antes de Babel.
De ella estoy profundamente enamorada y no puedo decir nada malo (aunque La nostalgia feliz me decepcionó un poquito).
Conocí a Amélie el día de mi cumpleaños con Diario de Golondrina. Qué podía salir mal: con golondrinas y Radiohead ya me tenía en el bolsillo.
Pero el flechazo total llegó con Metafísica de los tubos. Con este libro casi exploto con tantos sentimientos: me reí, me hizo reflexionar y acabé llorando. En tan poquitas páginas habla de la vida, de la muerte, del racismo, de su infancia, de la nada.
El resto de libros que he leído me han encantado, pero tengo la sensación de que ninguno conseguirá llegarme tanto.
Finalmente vengo a hablaros de una de las escritoras más importantes que hay (gracias a Paula Bonet que me la descubrió). Este es el primer libro que leí de Lispector, sus cuentos.
A Clarice hay que leerla despacito, con atención, hay que ir descubriendo poco a poco a sus personajes y estar atento a cada detalle. Crea relatos intimistas de una intensidad apabullante que a veces cuesta sacarse de la cabeza. A día de hoy recuerdo detalle a detalle el relato Viacrucis y, cada vez que puedo, se lo cuento a alguien porque siento la terrible necesidad de compartir esa sensación que me dejó (una mezcla entre pesar y fascinación).
Y estas son las autoras que os traigo hoy. Espero que, si las leéis, las disfrutéis tanto como lo he hecho yo. ¡Felices lecturas!