sábado, 24 de diciembre de 2016

Últimas lecturas + Mis favoritos

Noviembre y diciembre han estado llenos de libros. Para no ser una pesada (más aún quiero decir), no entraré en muchos detalles sobre cada uno de ellos.


Me gustó pero no lo suficiente. Una novela entretenida pero con un final demasiado previsible. Es perfecta para desconectar y me resultó muy entretenida, pero la última parte de la novela no resultó ser lo que esperaba.
El primer guion que leo y no puedo estar más encantada de haber empezado con Marguerite Duras.

«Como tú, también yo intenté luchar con todas mis fuerzas contra el olvido. Y he olvidado, como tú. Como tú, deseé tener una memoria inconsolable, una memoria de sombras y de piedra».






 Nunca nos paramos a pensar que hay mujeres que no quieren ser madres, que hay mujeres que no quieren a sus hijos. Asociamos la maternidad a la mujer, siempre.
Este libro da voz a esas mujeres que se arrepienten de haber sido madres, que son rechazadas por la sociedad porque eso no es lo normal, porque eso no es lógico.
Una lectura obligatoria para desmitificar la figura de la madre.
(La única queja es que quizá resulta algo pesado y redundante).

 De este libro solo puedo decir una cosa: maravilloso. Las ilustraciones, las fotografías, los poemas, los textos... todo está tan cuidado, tan bonito, que es imposible no leerlo con el cuidado de quien sostiene una pequeña joya.
 Una visión realista y a la vez entretenida de lo que conlleva tener una (pequeña) librería. A pesar de todos los inconvenientes que conlleva y que pone de manifiesto la autora, es imposible acabar el libro sin ganas de abrir una librería y vivir en ella para siempre.
Este libro me ha hecho tener sentimientos contradictorios durante toda la lectura. La novela se divide en capítulos narrados por ella y otros narrados por él. Mientras leía los capítulos que narraba la protagonista me quedaba fascinada, quería saber más; cuando era él el protagonista, solo quería cerrar el libro porque me resultaba insufrible. Eso la hace genial, ¿no?




Después de 'Milk and honey' me quedé con ganas de seguir leyendo poesía en inglés y decidí darle una oportunidad a Margaret Atwood.
A pesar de algunas complicaciones porque olvido cosas básicas, he disfrutado tanto tanto leyéndola que no paro de pensar en qué libro suyo leer ahora.
 Ya había leído un libro de ensayos de Woolf pero siempre tengo curiosidad por leer más obras suyas.
Reconozco que después de leer 'Las olas', este no ha conseguido fascinarme tanto pero es una lectura igualmente maravillosa.
 Precisamente uno de los ensayos del libro anterior de Woolf me llevó a buscar este librito de relatos de Rossetti.
Tres cuentos infantiles que nada tienen de las típicas historias de 'cuentos de hadas'.
Lo mejor es la edición y las ilustraciones que acompañan las historias.

 Ya conocía a Natalia Ginzburg por sus libros de ensayos y fue interesante leer su novela.
Una historia de amor, desesperado, difícil. También es una confesión, desde la primera línea. La historia de una mujer y un amor que la cambian por completo.






No había leído nada de Sexton, así que fui con un poco de miedo. Menuda tontería.
«Abro la vena                                                         y mi sangre resuena como patines.                        Abro la boca                                                         y mis dientes son una armada furiosa».

 

Dos días me duró este libro, fui incapaz de dejarlo porque la ansiedad que tenía por conocer el final era demasiado fuerte. Con esta novela, Rosa Montero se corona como una de mis autoras favoritas por el simple hecho de que ha conseguido sorprenderme como hacía tiempo nadie lo conseguía; por sus personajes, por ser capaz de construir una historia tan compleja con tal sencillez.

 'Mamá, quiero ser feminista' ha sido la joya de la corona. No es el último libro de este año (de eso se encargan Lara Moreno y Simone de Beauvoir) pero sin duda es uno de los mejores libros del año. Una obra que nos permite conocer más a Carmen G. de la Cueva y su proceso de aprendizaje, tanto de la vida como del feminismo.
Pero no me ha gustado tanto por su historia y sus ilustraciones (que me han encantado, claro). Si me ha gustado tanto es porque me ha ayudado a conocerme más a mí misma; me ha hecho volver la vista atrás, recordar cómo era de pequeña, cómo me enfrenté a las cosas, a las situaciones, cómo descubrí 'Mujercitas', cómo quise luchar y aprender.
Más que un libro, se trata de una guía, de un apoyo.






El otro día me pregunté qué libros eran mis favoritos de este año. Me ha costado decidirme porque son muchísimos, pero allá vamos:

1. 'Mamá, quiero ser feminista', Carmen G. de la Cueva
2. La Sed, Paula Bonet
3. Departamento de especulaciones, Jenny Offill
4. Mi planta de naranja-lima, José Mauro de Vasconcelos
5. Hombres que cantan nanas al amanecer y comen cebolla, Sara Herrera Peralta
6. Las olas, Virginia Woolf
7. Tara, Elena Medel
8. Haz lo que te digo, Miriam Reyes
9. Los detectives salvajes, Roberto Bolaño
10. Teoría King Kong, Virgine Despentes
11. La paciencia de los árboles, María Sotomayor
12. La carne, Rosa Montero

Y paro porque, por mí, la lista sería infinita.

                                                         ¡Feliz navidad!


viernes, 16 de diciembre de 2016

Mis hábitos de lectura



El otro día, leyendo el blog de Verónica Living (click), me entraron muchísimas ganas de hacer este tag.




¿Tienes un lugar específico para leer en tu casa?


El sofá o la cama. En realidad cuando estoy en casa leo en cualquier parte, pero prefiero leer en el sofá liada en la manta.

¿Utilizas marcapáginas o una pieza de papel al azar? 

Utilizo marcapáginas, trozos de papel, recibos de la compra, post its… Tengo muchísimos marcapáginas bonitísimos (porque me encantan) pero, además, me gusta ir marcando con algún papel los fragmentos o frases que me van gustando.

¿Puedes parar de leer o tienes que detenerte al final de un capítulo o un determinado número de páginas?

Al principio necesitaba acabar el capítulo para poder soltar el libro, ahora he superado eso pero tengo otra manía: no paro de leer hasta que haya acabado la página. Da igual lo que tenga que hacer, si no termino la página, no puedo cerrar el libro.

¿Comes o bebes mientras lees?

Me cuesta comer cuando leo porque vivo con el miedo de manchar el libro, así que intento no hacerlo.
Pero casi siempre bebo mientras leo: café, té o leche con nesquik (que en invierno, con el frío, apetece mucho).

¿Ves la tele o escuchas música mientras lees?

No me gusta escuchar música cuando leo porque siempre me distrae. A la televisión no suelo prestarle atención, prefiero leer en silencio pero si está encendida no me molesta y consigo centrarme en la lectura.

¿Un libro a la vez o varios al mismo tiempo?

Soy incapaz de leer un solo libro al mismo tiempo, la ansiedad me lleva a leerlos todos a la vez. Ahora mismo estoy leyendo cinco porque era incapaz de no leer la primera página de cada uno.

¿Leer en casa o en cualquier parte?

En cualquier parte: en la facultad, en cafeterías, en la biblioteca, en la cola del supermercado… He llegado a leer mientras caminaba porque no aguantaba las ganas de empezar el libro que acababa de comprar.

¿Leer en voz alta o en tu cabeza?

Suelo leer en mi cabeza. Sin embargo, cuando leo poesía a veces siento la necesidad de leer en voz alta. Hay otras veces que, cuando leo prosa, necesito expresar los fragmentos que más me gustan en voz alta porque así les encuentro mejor el sentido.

¿Alguna vez lees páginas adelantadas o te saltas algunas?


Algunas veces, cuando la trama me está creando mucha tensión, necesito adelantar un par de páginas para saber qué va a pasar. Una vez mi curiosidad está calmada, vuelvo a la página en la que estaba.
Hace años leía la última página antes de empezar el libro, pero ahora no puedo.
Cuando leo libros que me están resultando aburridos, leo algunas páginas por encima con tal de no abandonarlo.

¿Romper el lomo o dejarlo como nuevo?

Normalmente los dejo como nuevos, pero a veces es imposible. Hay libros que, de tanto manosearlos, acaban cediendo un poquito; pero me gusta demasiado cuidarlos.

¿Escribes en tus libros?

Me encanta subrayar todo lo que me va gustando y marcar al final del libro las páginas que me gustan para poder encontrarlas fácilmente. No me gusta dejar el libro vacío porque me da la sensación de que no he dejado mi huella, de que no lo he hecho mío.




viernes, 25 de noviembre de 2016

Libros que encontré por casa.

Mi casa siempre ha estado llena de libros. Cuando empecé a apasionarme por la literatura, decidí buscar entre los libros de mis padres y encontré muchos de los que hoy son algunos de mis favoritos.


Desde que empecé a interesarme por la literatura mi padre no había parado de insistir en que leyera Juan Salvador Gaviota. Al final, para no escucharlo más, lo leí.

Encontré una novela preciosa, sobre la libertad, la soledad, el aprendizaje; encontré a otro 'bicho raro' en el mejor momento, cuando empieza la adolescencia y todos nos sentimos perdidos.
Con este libro descubrí que los límites los pones tú, que siempre encontrarás alguien con quien compartir aquello que te apasiona.



Cuando encontré Demian, le pregunté a mi padre si me gustaría (después de leer El lobo estepario tenía serias dudas con Hesse), pero él no recordaba qué sintió con ese libro, hacía demasiados años ya.
Lo empecé con miedo, con la sensación de que no llegaría a entenderlo. Pero Demian fue todo lo que necesitaba a los 16 años. Hallé una novela de crítica: a la sociedad y a la religión. Encontré una novela que exploraba las diferencias entre la pobreza y la riqueza, el bien y el mal... Una obra que nos hace preguntarnos quiénes somos, algo que todos debemos hacer en algún momento.




«Quería tan solo intentar vivir aquello que tendía a brotar espontáneamente de mí. ¿Por qué había de serme tan difícil?»









 Leí este libro este verano. Mi padre lo dejó a la mitad, no era lo que él esperaba. Sin embargo, yo encontré un tesoro.
En estas páginas conocí el relato de una mujer y la dura decisión de tener o no al pequeño que espera.
Una obra en la que se muestran los problemas a los que deben enfrentarse las mujeres, y más en aquella época, en 1975. Resulta sorprendente cómo esta mujer se enfrenta a los que la rodean y le reprochan que vaya a ser madre soltera y decide seguir adelante ella sola, porque puede, porque no necesita a nadie.
Creo que merece mucho la pena adentrarse en estas páginas.


Probablemente casi todo el mundo haya leído La insoportable levedad del ser. Se lo quité a mi padre de la estantería hace años y aún no lo he devuelto. Todavía hoy, más de seis años después, sigo encontrándome en estas páginas.
Dos parejas, celos, sexo, amor, debilidades, traiciones... Teresa y Tomás, Sabina y Franz. Cuatro personas que acaban siendo una en el lector. Lo he releído varias veces, y aún me faltan muchas más. Aún me queda tiempo para seguir sintiéndome Teresa, para perseguir esa libertad que busca Sabina.

La sonrisa estrusca no es ni de lejos mi novela favorita, pero me encantó tantísimo la evolución del personaje, los cambios que hace en su vida solo por hacer feliz a su nieto, cómo acaba limitando su mundo a ese pequeño... Es una novela tierna, dulce (incluso al final, cuando las lágrimas ya no me dejaban leer) y perfecta para estrujarte un poquito el corazón.




Puede parecer que lloro con todos los libros (es cierto que me paso de sensible) pero es que este lo merece. Lo encontré en la estantería de casa y, sin saber nada del libro, me decidí a darle una oprtunidad.
Quizá sea por la relación de la niña con los libros, porque la historia la narra la muerte y eso me fascinó o por la relación con el padre..., el caso es que me enamoré y lo leí en un día.
Estaba harta de las historias de la II Guerra Mundial, pero me encantó demasiado el papel de la niña, su pasión por los libros...
Es tan bonito que tengo que releerlo de vez en cuando.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Lecturas de noviembre





Una novela compuesta por distintas historias que van enlazándose conforme avanza.
Una obra experimental en la que se mezclan recuerdos, diálogos de los distintos personajes y pensamientos.
Más de una semana después de haberlo leído, sigo sin haberlo entendido del todo.






 
Poesía y prosa unidas en una obra dura y tierna que te parte por la mitad pero te impide apartar los ojos del texto.
Una historia preciosa acompañada de unos poemas aún más bonitos.
Lo mejor de la obra fue, sin duda, que no me esperaba para nada lo que ocurriría. Y lo que pasó fue que me harté de llorar.
(Además de ser una novela preciosa tiene una cubierta bonitísima de Paula Bonet)

«Perdón. Perdón por no haberme contado nada. Perdón por irse y dejarme solo. Perdón por todos estos meses de dolor. Perdón por no llevarme con ella. Perdón por quedarse en mí de esta manera. Perdón por el recuerdo. Perdón por lo que olvido. Perdón por lo que nunca viviré. Perdón por haberme querido. Perdón por haberse dejado querer. Perdón. Perdón por la vida. Perdón por todo. Perdón».


Aunque había leído muchos de los poemas en internet, me moría de ganas de tener el libro. Poemas sobre el abuso, la violencia, el feminismo y el amor propio. Los textos van acompañados de ilustraciones sencillas y bonitas. Un libro capaz de hacerte sentir bien, que te hace pensar, durante un rato, en ti misma únicamente. Esta mujer te hace sentir a gusto con tu propio cuerpo, y eso es suficiente motivo para leerlo. 


«when you are broken
and he has left you
do not  question
whether you were
enough
the problem was
you were so enough
he was not able to carry it»


 Empecé a leer esta obra sin saber absolutamente nada de ella. Y menos mal.
En esta historia, Modiano me ha llevado a unas calles de París que desconozco y por un momento me he sentido parte del argumento.  Además, ha conseguido impresionarme con un final que, aunque me lo imaginaba, me ha dejado muda.
Una novela que gira en torno al poder de la memoria y el misterio que rodea a la protagonista. Tan bonita que buscaré más obras de Modiano.


Cogí este libro pensando que me encantaría: una novela sobre una bibliotecaria que vive rodeada de libros maravillosos, ¿qué podía salir mal?
Al principio me pareció un libro entretenido, sin más. En algún momento solo deseé que la bibliotecaria se callara. Una obra protagonizada por una mujer antigua y amargada que me hizo querer dejar el libro a la mitad.